Pasado el triste sabor del descenso y volviendo a la realidad, el Cúcuta Deportivo empezó el 2014 con las ganas de hacer que la pesadilla de la B sea la estadía mínima de un año y no vaya más allá como le ha pasado a equipos tradicionales que se les ha hecho imposible volver a la máxima categoría del fútbol colombiano.
Para intentarlo, el nuevo presidente del equipo, José Augusto Cadena, contrató al técnico antioqueño Hector Estrada, con amplía trayectoria en el fútbol de ascenso de nuestro país.
Su tarea no es fácil. Estrada llega a un club que acaba de cambiar de rumbo, en la parte deportiva, y que renovó el plantel casi en su totalidad, por lo que volver a formar un equipo sólido le tomará un tiempo.
Los refuerzos han llegado. Aunque no son de renombre, son jugadores con experiencia en la segunda división, lo que le dará un agregado al Cúcuta que no quiere cometer los errores de otros equipos que han gastado en jugadores de la A y no han podido ganar el ascenso.
Más allá de los nombres de este plantel , que ya los hinchas rojinegros conocemos, lo que marcará la diferencia será la forma de afrontar el Torneo por parte de los jugadores y de las directivas.
Los malos manejos y la falta de seriedad de los directivos anteriores llevaron al equipo a la segunda división. Esperemos que bajo el mando de José Augusto Cadena las cosas cambien.
Foto tomada de Internet
No queremos repetir la historia de los últimos años en la que a mitad de campeonato empezaban los retrasos en los pagos y los problemas laborales para los futbolistas. Sin ir muy lejos, recordemos a principio del año anterior cuando dirigidos por Guillermo Sanguinetti los motilones fueron primeros hasta la fecha seis, momento en el que, desmotivado por la falta de plata y sin decirlo, el equipo se paró y empezó a perder partidos de forma indiscriminada hasta terminar en el el sótano de la tablas y por ende en la B.
También quedó en la retina de los aficionados aquel partido frente Alianza Petrolera, en el que el plantel estaba motivado por un pago y volvió a la victoria en casa luego de más de cinco meses sin triunfar en el General Santander.
La conclusión, es que sin plata no hay equipo de fútbol que rinda. Algunos pueden criticar a los jugadores, argumentando que sabían a qué equipo llegaban y bajo que condiciones, pero la verdad es que sin sueldo nadie trabaja a gusto, sin excepción. Hay que ver el deporte como un empleo más, que como todos, va detrás de una remuneración.
Ojalá los nuevos aires directivos cambien las cosas y organicen un grupo sólido que pueda trabajar tranquilo y pensar solo en el tema futbolístico.
No va a ser fácil, de eso no hay duda, pero tampoco imposible. Todo empezará de arriba y la única forma de volver a la A será teniendo una institución seria en la que directivos, cuerpo técnico, jugadores, hinchas y medios de comunicación, remen hacia el mismo lado.
¡Ya veremos si eso es posible!
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